Prensado en frío y elaborado por la Cooperativa de Sóller, este aceite de oliva es de la más alta calidad.
Esta mañana he salido a andar, haciendo una excursión no demasiado larga, una hora y media el tiempo empleado, en un día soleado con un vientecito fresco y agradable. Qué gusto!
La salida a las 9,45 h. El trayecto subir desde la rotonda del túnel, cogiendo a la izquierda por el atajo del Camino Viejo del Puerto o de la Figuera. Buen terreno, no tiene complicación, una zona para mi única, lugar por el que paseo a menudo. Una ligera subida para enlazar con la carretera de Son Llampaies y culminar el Coll des Borrassar. A continuación llego rápidamente a la finca de Can Penya, para ir hacia las casas de Can Tamany- aquí se defendieron las “Valentes Dones” en 1561, la noche de Sant Ponç, acabaron con la vida de algunos sarracenos-.
Un vez que he llegado a la carretera del Puig Major, voy bajando hacia el Monument,- escultura creada por el escultor Pàvia en recuerdo de los hechos de la fiesta de Sant Ponç-. Sigo en dirección Palma por la carretera del Desviament, giro a la derecha hacia Deià, dejando este lugar para entrar a la derecha hacia Son Puça, ando recto y ya estoy a la altura de Can n´Aí, justo a la derecha hay el camino de Binidorm. Siguiendo pronto puedo contemplar el Valle de Sóller, una vista maravillosa sobre Can n´Aí para disfrutar del paraje de Sóller, ando con dirección de lo que queda del Hotel Rocamar – Tiene poco tiempo de vida, lo derrumbarán en breve-. A continuación me dirijo a la carretera general del Puerto, un vez pasado por encima del “pont d'en Repic”, ahora ya marcho hacia el Puerto, veo mi Bahía, qué belleza de mar. Más o menos por la mitad del Passeig del Través tengo la idea de pisar la playa nueva, pues con el bañador puesto me desato los zapatos y me doy un chapuzón, disfruto de una agua transparente y de una frescura agradable, qué privilegio es nadar en nuestra bahía.
Una horita, más o menos, de natación y doy por acabada la aventura, iré hacia casa, a pesar de que pasaré por el mercado de encima el Pont, al lado del Restaurante Altamar, para comprar queso mallorquín, tomates de Sóller, cebollas y con un pimiento que tengo en casa me hago un trempó (ensalada) buenísimo, ah! y una cerveza para refrescarme.
Que más se puede pedir, hacer vacaciones en Sóller es un sueño más de la vida.
"Siempre había sido mi ilusión poder hablar del Valle de Sóller, mi ciudad, que es admirada y querida por todos los que somos nativos y los que no."