Monasterio de La Cartuja de Valldemossa

El monasterio de La Cartuja se vuelve famoso después de recibir la visita de dos personajes famosos durante el invierno 1838-39: George Sand y Frédéric Chopin. Vivieron su famoso “Invierno en Mallorca” en el monasterio. En un principio, era una casa solariega árabe y propeidad de Vell den Munsa, quien dió su nombre a Valldemossa.

Jaume II hizo construir su residencia de verano en estas tierras y luego, justo antes de un cambio en el ejercicio de su cargo, la obsequió a los monjes cartujanos de Tarragona; éstos, después de la guerra, reformaron la residencia en su monasterio. Después de la obra, se concentraron en su trabajo cotidiano, el cual, aparte de las tareas de organización del propio monasterio, consistía en estudiar y producir copias de libros. Todavía hoy se pueden encontrar muchos trabajos históricos en su biblioteca. Normalmente no se admitían más de doce monjes en la orden cartujana pero en Valldemossa hicieron una excepción y permitieron que se aceptara un decimotercero monje. Éste se encargaría exclusivamente de la farmacia. Por eso aún se encuentran medicinas caseras y tradicionales hoy en día en la farmacia del monasterio.
George Sand y Frédéric Chopin pudieron pasar su estancia en el monasterio gracias a la secularización de bienes de la iglesia de entonces. A su regreso, George Sand intentó superar su estancia en la isla así como algunos problemas con los nativos escribiendo su libro “Un invierno en Mallorca“, el cual se hizo muy famoso. Las celdas en las cuales vivieron y escribió Frédéric Chopin algunas de sus más famosas piezas aún se pueden visitar. Las celdas estaban preciosamente decoradas con algunos de sus objetos personales, antiguos bosquejos y notas.

La iglesia del monasterio con el claustro y su interior enlosado se pueden visitar tambien. Incluso hay un dicho acerca del sillón que está dentro de la iglesia según el cual una mujer acabaría casada antes de finales de año si se le ocurriera sentarse en él.

Cada año durante el mes de Agosto, se celebra el Festival Chopin en los jardines del monasterio y vienen visitantes del mundo entero, siendo una gran oportunidad para todos y para los amantes de la música clásica en especial.