El Monasterio de Lluc

En la carretera de Sóller a Pollença, justo después del cruce con la carretera que viene de Lluc a mano izquierda, descubrirás uno de los mayores santuarios para los peregrinos de Mallorca, el monasterio de Lluc.

La cristiandad llegó a Mallorca en el tercer siglo después de Cristo. Hubo entonces un intervalo de tiempo durante el cual se acabó con la invasión y conquista de Mallorca, primero por parte de los piratas, luego por parte de los Moros entre los siglos X y XIII. Todas las estatuas de la virgen María tuvieron que ser enterradas con el fin de esconderlas de los invasores, puesto que éstos perseguían y mataban a todos los cristianos y destruían sus santuarios. Jaume I, rey de Aragón, reconquistó Mallorca en el año 1229, y con él la cristiandad pudo volver a las iglesias, mientras que palacios y santuarios fueron reconstruidos.

La historia cuenta que un niño moro llamado Lluc estaba llevando su rebaño cuando una luz brillante llamó su atención hacia una estatua semienterrada de la virgen María, tallada en madera oscura. Se la llevó y la remitió al pastor de Escorca. Al día siguiente, cuando el pastor quiso echarle una ojeada de más cerca, la estatua había desaparecido. La gente se asombró cuando se volvió a localizar la estatua en el mismo lugar donde Lluc la había encontrado. De nuevo se llevaron la estatua y la trajeron a Escorca, pero otra vez desapareció y volvió a aparecer en el mismo lugar de origen. Como volvió a pasar lo mismo, se interpretó como una señal y a continuación se erigió una capilla, los cimientos de piedra del monasterio de Lluc.

En 1260 se empezó a construir el monasterio y hasta Gaudí participó en esta construcción originalmente gótica con su fachada magníficamente decorada. Todavía hay monjes que siguen viviendo allí y uno los puede cruzar durante su trabajo cotidiano, cuando están cuidando con devoción el bonito parque que es parte del monasterio. El monasterio también aloja una famosa  escuela así como su coro conocido internacionalmente con sus uniformes azules, llamado “Blavets“, los azules.

Hoy en día el monasterio de Lluc es un lugar de peregrinación para muchos turistas que acuden a ver aquí la Santa Virgen de Lluc. Después de visitar el monasterio y su capilla, existe la posibilidad de quedarse un rato en el café o en el restaurante, para dejar la atmosfera impregnar el espíritu.

Para todos los que estan interesados y que tienen el espíritu aventurero, es posible quedarse a dormir en el monasterio. En efecto se alquilan las celdas de los monjes, muy poco amuebladas o sin muebles, y uno amanece en el corazón de las montañas de la Serra Tramuntana con el sonido encantador del coro.

Más información: www.lluc.net

 
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